Quiero superar el límite que desconozco. Si supiera cuanto resiste mi cuerpo al frío, ya no sería un desafío. Me gusta saber que aún hay preguntas, que quedan muchas cosas por saber.
El 60% del archipiélago de Svalbard esta cubierto por Glaciares, y en invierno, puedo cruzar uno de ellos. Mis opciones de transporte son en un trineo empujado por perros o en una moto de nieve. Elijo probar ambas opciones y comienzo la travesía.
Todo es agua, me repito una vez más a mí misma y emprendo viaje hacia la profundidad, esta vez, algo más solida.
Anders, el líder de la expedición, con insistencia me invita a romper con la comodidad y me propone comenzar a caminar. Avanzamos lentamente, y mientras él me habla sobre las diferencias que existen entre el verano y el invierno, no puedo dejar de imaginarme que cuando camino en una meseta de nieve y hielo, aparentemente plana, hay un mundo congelado que desconozco y en el que estoy parada.
Vemos un hoyo, algo pequeño como para entrar parada. Anders, con su seriedad y profesionalismo, lo atraviesa en forma decidida. Yo prendo el foco de luz que tengo en la cabeza y sigo sus pasos.
The Arctic – Artico
Con mucho cuidado empezamos a descender. En una de mis mano llevo la cámara encendida, con mi trasero y la otra mano mantengo el equilibrio. Me siento segura estando cerca del piso. De hecho, si fuera por mí, podría avanzar sentada todo el camino. El piso es resbaladizo. Pero vale la pena continuar e ir más profundo.
Atravesamos pasajes muy estrechos y empezamos a ver grandes y delicadas formaciones de hielo. Las luces de nuestros focos rebotan en las paredes, y el azul del hielo encandila mis ojos. Muy lejos de molestarme, empiezo a sentir que estoy en casa.
En una caverna de aproximadamente 1000 años de antigüedad. El frio no se siente, al contrario. Se ven restos de plantas atrapadas en el hielo. Estáticas en el tiempo.
Este lugar me habla de la fotografía, para mí representa una “foto”. Un click, un parpadeo, un segundo en el que algo quedo vivo en el tiempo. Para siempre.
CURIOSIDADES SOBRE SVALBARD
Durante el invierno, no vemos el sol
No se puede enterrar un cuerpo muerto allí
Es un lugar perfecto para ver las bellísimas auroras boreales
Hay renos caminando en la ciudad
Carteles que alertan la presencia de osos polares
Leave a reply